domingo, septiembre 21, 2008

Un viaje más por Morelos.

Una vez más el destino me llevó al estado de Morelos. Todo comenzó cuando leía "Los Plateados de Tierra Caliente" de Pablo Robles (ca. 1891). En él relata un viaje al estado de Morelos con el entonces presidente Porfirio Díaz. Dentro de los lugares que visitan están las grutas de Cacahuamilpa y una cascada llamada el "Salto de San Antón". Es esta última la que me llamó la atención e incitó a planear una visita en compañía de mi amigo "Fish Out of Water" alías, Jorge Lima.
Está cascada se encuentra en pleno Cuernavaca. Su origen se debe a la actividad volcánica en la Sierra del Chichináutzin que corre a lo largo del estado de Morelos. También es gracias a la actividad volcánica que las paredes de la barranca estén cubiertas con piedra basáltica, que se forma en columnas y que no es muy común.

Viene la cascada del río Apatlaco con una longitud de 15 km. aprox desde la Sierra de Zempoala. Dentro de la fauna lo que mas destaca son los bencejos, que se parecen a las golondrinas, y el cangrejo barranqueño. Su flora consiste en diferentes tipos de plantas y árboles de entre los cuales se pueden ver ahuehuetes y amates.


La cascada tiene una altura de aproximadamente 40 mts.

A pesar de su altura se encuentra en un espacio muy reducido. La entrada al lugar es pequeña y se llega por unas escaleras. Se puede tener una muy buena vista de ella, aunque hay unas escalinatas y un pasillo que pasan detrás de ella que por alguna razón están cerrados al público. El área donde se encuentra sirve de paso a la gente local, por lo cual no se cobra la entrada, o al menos eso supongo. Y si se le da la vuelta a la cascada se puede llegar a un puente por el que se ve el río que la forma.
Debido a que está rodeada de casas habitación, como se ve en la imagen, el río y por ende la cascada, están muy contaminados. Y no es de extrañar que se encuentren botellas de refreseco, bolsas y todo tipo de desperdicios que la gente tira intencionalmente al río o que los vientos arrastren hasta él. Es una lástima que los lugareños no se preocupen por mantener en buen estado está magnífica cascada que ahora sólo añora el agua cristalina que alguna vez por ella corrió.