lunes, abril 17, 2017

Hacia Xihuingo.

Este pequeño paseo inició con un plan totalmente diferente. La idea original era ir a Teotihuacan, lo cual sí sucedió, la cosa fue que al llegar a la entrada de la zona, las filas de autos y transeúntes eran inmensas para ser las 10 de la mañana, así que sin pensarlo dos veces, me di la media vuelta y regresé por donde había llegado.



Meses antes había leído sobre una zona arqueológica en el estado de Hidalgo, y dado a que me encontraba en la misma carretera, se convirtió en la opción más lógica. 

Tomando Acolman como base de operaciones, y retorno por que no supe como regresar a la pista hacia Tulancingo, se consultaron los mapas carreterescos y prepararon los viáticos, bueno, sólo era café. 
Nos regresamos a la autopista a Tulancingo casi hasta Cd. Sahagún y de ahí a Tepeapulco, donde se hizo una parada oficial para tomar el desayuno y llenar las arcas con los dineros que brindó el único cajero que hay ahí y que se encuentra en el interior de Palacio de Gobierno. 



Ya de regreso en la carretera me desvié hacia Xihuingo. Es un camino relativamente corto sobre terracería, no hay pierde, es muy claro y directo.
Al final de éste hay un espacio amplio que se usa de estacionamiento, y unos metros después se encuentra la zona arqueológica. Había leído que es muy pequeña, pero no imaginé  que básicamente consistiera en un solo basamento piramidal, y ya.


A la zona también se le conoce como Tepeapulco y la gente local la llamaba <las iglesias viejas>, pero no fue hasta los años 50 del siglo pasado que empezaron los trabajos arqueológicos por parte del INAH. Los expertos dicen que Xihuingo pertenecía y se habitó a la par que la gran y poderosa Teotihuacan, y de hecho el basamento tiene toda la arquitectura clásica teotihuacana, pues sus muros cuentan con talud y tablero. 
Xihuingo fue entonces, un centro de comercio entre este lado del actual país y de la costa del golfo. Aunque el principal producto que se comercializaba era la obsidiana.


Pero la verdadera importancia de este lugar es su claro uso como centro astronómico pues se localizan cruces teotihuacanas y petrograbados en los montes aledaños, todos prueba del estudio de los astros por los pobladores de este lugar.


Y bueno, ya que la zona sólo posée un sólo basamento intervenido, la búsqueda de algunos petrograbados no se hizo esperar y con la ayuda del vigilante de la zona fuimos al cerro que se encuentra a un costado a indagar y observar las rocas sueltas de diferentes tamaños y formas en busca de grabados pétreos en su superficie. Hay varios, algunos son espirales como símbolos solares, y otros tienen otras formas no identificadas. También el vigilante nos comentó que hay restos de pintura rupestre cerca de ahí, éstas corresponden a épocas anteriores a la construcción de la zona. 


Siguiendo un camino bien claro, anduvimos cuesta arriba para llegar a la peña que está como a 20 minutos a pie, llamada <El Tecolote>. Hay otro camino de tierra que lleva a la parte de arriba de la peña y de donde se puede ver una  pequeña y casi imperceptible imagen que tiene a 4 figuras, dos más grandes que las otras, tal vez adultos y niños, con varas, de color rojo. Desgraciadamente al pie de uno de los personajes se ve como si hubieran tratado de borrarlo.


Subir requiere de algo de condición física, no es pesado al extremo pero tiene su chiste. Desde arriba se ve la pirámide y el entorno en el que se encuentra. En otra peña hay manos humanas y otras imágenes no identificadas, pero para llegar a esas hay que ir con alguien que sepa el camino.

Xihuingo se extiende por 8 hectáreas aunque sólo el edificio principal es el único intervenido y reconstruido.

Es un espacio pequeño pero agradable, lo más entretenido es explorar el cerro en busca de los petrograbados. 

Los caminos son claros y directos por que la gente local va de paseo a hacer pic nic, así que su música y el ruido interrumpen la paz del sitio, y no se diga de la basura que dejan.
Pero ya alejados de todos se logra disfrutar un momento de paz, a menos que se escuchen disparos en la distancia, al parecer hay gente que va ahí a practicar o a cazar, debido a que por su ubicación aún se encuentran liebres, serpientes y hasta coyotes.
De una u otra forma, fue un buen respiro y le dio un buen vuelco al plan del día. Siempre es bueno conocer lugares interesantes y experimentar nuevas cosas.
Xihuingo no cuenta con la infraestructura ni los servicios de las zonas arqueológicas mayores, es decir, no hay taquilla ni baños, se encuentra en medio de los sembradíos, rodeada de cerros semi áridos con gran población de cactáceas. Aunque eso es parte del encanto.
Tepeapulco queda a 3 km de distancia, yo no regresé pero podría ser una opción más para completar el viaje o un buen pretexto para regresar.