jueves, noviembre 16, 2006

Tula de Allende una "ciudad" de contradicciones.

Tula significa "Lugar de tules" y es un nombre que proviene de la palabra náhuatl "Tollan" que significa "Junto al tular" y en otomí era conocida como "Namenhi" que significa "Lugar de mucha gente".

Decoración en el Edificio B. Nótese el águila que debora un corazón.

Tula fue fundada por Quetzalcoatl que fue expulsado por los seguidores de Tezcatlipoca. Para el año de 1050 d.C. ya tenía 16 km2 en los cuales se extendían diferentes plazas, edificios públicos, hartas esculturas policromadas y plazas. Los barrios y comunidades asentados al rededor se comunicaban por medio de una complicada red de calzadas.
Fragmento del Coatepantli o Muro de Serpientes. Un Hombre sale de las fauces de la serpiente.
Había una gran abundancia de grupos etnícos como otomíes, probablemente los más abundantes, nonoalcas y chichimecas. Sin embargo es en el transcurrir del siglo XII que La Gran Tollan empieza a decaer para finalmente convertirse en parte del imperio Azteca.
Hay tres momentos importantes en la historia de la zona y éstas son: La fase Corral que va de 800 a 900 d.C., Fase Corral terminal de 900 a 950 y la Fase Tollan de 950 a 1150/1200. Esta acrópolis da una pequeña muestra de la maestría arquitectónica y urbanista del pasado a lo largo de su recorrido que sólo abarca el 6% de lo que una vez fue, desde el "Coatepantli" o muro de serpientes donde se ven a éstas con las fauces abiertas y un esqueleto que sale de ellas, símbolo del
sacrificio, hasta los diferentes palacios como el llamado "Quemado" con columnas que alguna vez soportaron el peso de un techo.

Columnas en el "Palacio Quemado", llamado así por un terrible fuego.

Dos juegos de pelota y por supuesto el Edificio B donde se posan los tan famosos atlantes, ahora íconos importantes de la ciudad moderna. Cabe hacer una breve descripción de estos atlantes colocados en uno de los edificios de mayor importancia en la zona. Originalmente se encontraba cubierto de lápidas con jaguares y coyotes en bajorrelieve de los cuales aún se pueden ver restos.

Monumentales atlantes con posturas serenas y para siempre armados.

Los atlantes con expresiones serenas sostenían un techo de viguería. Tienen una altura de 4,60 mts, simbolizan guerrros ricamente ataviados que portan orejeras rectangulares y en el pecho pectorales en forma de "papálotl" o mariposa, un faldellín y un cinturón anudado en el frente, en la parte posterior tienen un disco solar, están armados con un "átlatl" o lanza dardos en la mano derecha y en la izquierda los dados mismos. Representan a Tlahuizcalpantecutli que es Quetzalcoatl como la estrella de la mañana.

Pero más allá de la zona arqueológica, en el mero Valle del Mezquital, se encuentra Tula de Allende, una pequeña ciudad que goza de las ventajas de la expanción capitalina y sus respectivos servicios como bancos, una tienda departamental (Soriana), avenidas y centros de
atracción turística.

Valle del Mezquital.

La impresión que me llevé de la gente fue buena, en general fueron muy amables, sociables, cálidos. Existe un pequeño deseo de "superación", es decir, dejar de ser de provincia y volverse citadinos, que no puede desarrollarse del todo, pues la gente también es muy conservadora. Por tener contacto con los alumnos, vi que no gustan mucho de pasar desvelos, van a misa los domingos, los lazos familiares son muy fuertes y la gente se conoce una a otra, tienen rostros serenos como atlantes modernos. Todo eso, pienso, es bueno, llevan una vida tranquila sin las histérias ni paranóias que la capital mete en la cabezas de todos nosotros. Obviamente para cualquier persona acostumbrada a la vida de una ciudad como el DF, hay muchas cosas que simplemente causan mella y dejan a uno insatisfecho, una de ellas es la eterna paciencia de los habitantes, para caminar o conducir por ejemplo, no digo que esté mal, es meramente sicológico.

Tula es un lugar pequeño, las cosas están al alcance de todos, incluso es posible caminar de un lado a otro sin miedo a perderse.

Portada del Ex convento de San José.

Hay plazas y muchos edificios del que destaca el ex Convento de San José que data del siglo XVI y presenta una estructura como fortaleza típica de la arquitectura conventual de ese entonces, de una sola nave, con ábside poligonal, muros de mampostería y cantera reforzada por contrafuertes rematados y una bóveda con nervaduras. En el interior se aprecia una franja con escudos franciscanos, monográmas y flores con varios pétalos.

Bóveda con nervaduras. No hay altares laterales.

Hay un quiosco donde se reunen los jóvenes estudiantes para pasar el rato o "echar novio". Por las noches todo está tranquilo y no hay muchas opciones si uno siente hambre, lo más usual es ir a la famosa "Plaza del Taco". Más allá de los confines del centro, está una mini ciudad que francamente puso mucho espanto en mí; Cruz Azul. Este lugar parece salido de una mente dictatorial y comunista. Todo es relacionado a esta marca cementera, avenidas, tiendas, centros de convención y un centro comercial, todos se llaman Cruz Azul. No se puede negar la buena organización unbanística del lugar, pero aún así, ¡¡da miedo!!

Desgraciadamente la modernidad lleva consigo el endemoniado mal de toda ciudad que corroe poco a poco la paz y el estado natural de las cosas, y digo ésto por que esperaba encontrar un lugar más apegado a las tradiciones como el Día de todos los Santos, y no fue así, ¡¡sólo encontré Halloweens por doquier!! Y lo que es peor aún, una tremenda contaminación del lugar.

Paisaje con la Refineria al fondo.
La cementera y la refineria con sus chacoacos o chimeneas que escupen un humo eternamente negro han sido las principales fuentes de este mal. El Río Tula es un andar de aguas negras que emanan miasmas en los días calurosos, aunque la flora que lo rodea es bonita y abundante.

Tula ofrece al visitante un momento contradictorio de paz típica de provincia y la comodidad de la ciudad, pues aunque el número de centros comerciales o cafeterías, no es abundante los servicios necesarios son suficientes y la vida activa de la población se esmera en dar lo mejor de sí, y quién sabe, tal vez en un futuro, Tula alcance el esplendor que una vez tuvo en la época prehispánica...

Un momento en el atrio de la catedral donde la gente se relaja mientras toma el sol.

P.D. Dedico esta entrada a todas las personas en Tula cuyos caminos se encontraron con el mío en mi breve estancia por aquellos lares.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya, cuando comentas que las personas en provincia tienen una vida tranquila, hasta se antoja vivir así, pues aquí casi muchos citadinos padecen del formidable estrés, o padecemos.... esto sirve para reflexionar un poco acerca de la vida tan de prisa que uno lleva.

Anónimo dijo...

Puede parecer atractiva la idea de vivir sin estrés, pero una vez que te enfrentas a esa realidad, no dejas de extrañar las comodidades de una ciudad "completa" es dificil acostumbrarse sobre todo si vienes de una ciudad como el DF o Guadalajara, sin embargo la experiencia lo vale, ya que conoces lugares y personas especiales. Las fotos estan muy padres, nos muestran lo pintoresco del pueblo, felicidades Oscar te sacaste un 10. Atte Ale

Licery dijo...

Vaaaya que si es tranquilo el estilo de vida fuera de la Ciudad de México!!!! Pareciera que sus minutos son de 120 segundos, jajajaj. Todo es lento. Recuerdo que en un paseo a Tenango de Doria, allá en Hidalgo también (Mis papás son de Hidalgo, por cierto), nos detuvimos a comer algunas quesadillas y parecía que el fuego tardaba una eternidad para coser la quesadilla, rayos!!! y con el hambre que teníamos.....

Lo que si es triste es que se pierdan las tradiciones mexicanas y más aun en un lugar tan tradicional. En mi opinión no me parece mal que celebren otras tradiciones, total es parte del efecto de la globalización en la cultura, pero deberíamos dar prioridad a nuestras tradiciones.

Osgard,muchas gracias por tu relato.

Anónimo dijo...

Mojka Oscarino!!! Cierto que la gente de Tula es sencilla y tímida, y cuando no eres del lugar es mucho peor porque son más cohibidos.
Con tu relato me hiciste recordar cuando fui a Tula a principios de este año, ya que todos los lugares que describes los visité (los atlantes, la iglesia, la plazita). Desde mi perspectiva, el lugar se me hizo tranquilo, bonito, pero más activo a comparación del lugar al que yo voy cada año.
La gente que vive en los pueblos se caracterizan por ser más apegados a la religión, sin duda, cuando voy a Huichapan, Hgo, (mis abuelos son de ahí) tengo que ir a misa a las 8 de la mañana ¡quiera o no! Como bisabuela me lo pide no me puedo negar.En fin... estas diferencias que existen entre cada región del país es lo que nos caracteriza unos de los otros, ¡¡imaginate!! si todos los lugares fueran iguales, ¡¡que aburrido!!
Me gusto, me gusto... con las fotos me pude percatar de algunos aspectos que no noté en el momento.

Grazie ragazzino por hacer que volviera vivir mi experiencia con tu relato.

¡Qué estes bien!! Saludos, bye,bye.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con tu definición de superación ya que consideras que superarse es ser como en el DF y no creo que vivir con tanta inseguridad y estrés signifique ser superiores.

Oscar Barragán dijo...

Estimado Anónimo, gracias por dejar un comentario en mi blog. Al decir que quieren ser citadinos, no me refería al DF en particular, sino a una ciudad cualquiera que sea, con todo lo que implica, y eso también inseguridad y estrés, pues no conozco ciudad que no los tenga. En ningún momento comparé al DF con Tula de Allende. Saludos.

Anónimo dijo...

vaya, que no me equivoco al decir que la gente que vive en el df, no amplia mas su vision, ya que siempre comparan cualquier ciudad con el df y calificarlo como pueblo. "el df no es todo el pais"
yo e tenido la oportunidad de conocer tula de allende y la impresion que me lleve basicmente es de que es una ciudad pequeña quizas pero compuesta de gente que a llegado de otros etados de la republica en su mayoria, es una ciudad pujante de gente trabajadora,calida, alegre... su economia es fuerte en fin que te puedo decir hay movimiento...