domingo, abril 08, 2007

La prueba.

Una vez más me encuentro aquí, enfrente de ella. La contemplo mientras pienso en lo que pasó. El silencio y la calma de este lugar son de gran ayuda a esta tarea. El viento sopla y consigo trae el recuerdo de tu voz; el sonido de tus palabras "…sicus et nos dimittimos…" ¿Qué pensabas en ese momento? ¿Qué sentías frente a él? "-…et ne nos inducas in tentationem…" Me siento, la admiro con ojos mohínos.Siento tu presencia junto a mí, siento tu dolor por que conozco tu historia. "…amen…"
I
-"He decidido partir a México y dedicarme al trabajo de las minas. Dicen que es buen negocio." Anunciaba el Sr. Stanley mientras colocaba un vaso de vino en la mesa. Nadie se atrevía a decir algo. Lo conocían bien. Un hombre de mirada sátrapa y acostumbrado a hacer su voluntad. "¿Y qué pasará con Helen?" preguntó uno de los invitados. "¡Por supuesto que ella viene conmigo! No la dejaría por nada del mundo. Sólo que primero iré yo. Ya que me instale mandaré por ella". Las miradas que se cruzaban con la de él revelaban sus pensamientos. Algunos lo creyeron loco, ¿Cómo dejar Inglaterra? Otros admiraron su sed de negocios, las minas dejan mucho dinero. Y sólo unos cuantos no supieron qué pensar.
Tres días más tarde el Sr.Stanley dejaba su adorada Britannia. Tiempo después, llegaba a México, y de ahí hacia Real de Minas en una berlina que corría como cómplice del viento. Cansado pero con gran entusiasmo se instaló en una casona y comenzó sus negocios. La fortuna le mostró un rostro amigable.
Helen llegó semanas después. Todos en la casa admiraron a la hermosa niña de 10 años, sus ojos color azur, sus rulos blondos que caían delicadamente sobre sus blancos hombros. Se alegraron al escuchar su dulce voz con tono amable y gentil. Todo lo contrario a su padre.
El Sr. Stanley era feliz. Su hija estaba con él y su negocio daba muy buenos resultados. Sólo había algo que le molestaba y eso era la constante pregunta de sus amigos sobre tener una pareja, una madre para Helen. "¡¡Aquí, nunca!! No hay una mujer digna de nuestra ralea." "-Deberías pensarlo mejor, necesitas de alguien que lave, planche, cocine y te cuide." Le decían. "Yo lo he hecho solo todo este tiempo, no necesito ayuda." Siempre era su respuesta testaruda.
II
Helen creció y se convirtió en una mujer de belleza inigualable en Real de Minas. Los hombres boquiabiertos la miraban, y más de un puñado de mujeres la envidiaban. Ella era tan linda y dulce, como el día que pisó suelo mexicano y conforme fue creciendo llegaron necesidades diferentes cada vez. Sin embargo hay una de la que no pudo escapar. El Amar y ser amado. En la escuela había un muchacho de piel morena que llamó la atención de la niña inglesa. Él correspondía con la misma atracción. Todo comenzó con un juego, que poco a poco se volvió deseo. Deseo por estar juntos, tocarse sus rostros y juntar sus labios. Helen trataba de suprimir sus emociones. También conocía a su padre. Nunca lo aprobaría.
"Mi dulce Helen…" dijo él. Ella no permitió que siguiera hablando, con un dedo largo y delicado impidió que sus labios se abrieran más. Sus rostros se acercaban muy despacio. Ella sentía el calor del deseo en su piel, en su cuerpo. Esperaba. No podía hacer más. Sin pensarlo, él besó sus labios. Helen se dejó llevar, se dejó besar. Sintió sus manos acariciar sus mejillas tiernamente. Despacio. Ella llevó sus dedos blancos al rostro de él. Todo era una explosión de sentimientos, pasión, amor, miedo… ¡Miedo! Su padre apareció en su mente. Iracundo. Con un toque gentil, lo apartó de ella. Aún sentía sus labios en los suyos, el calor de su cuerpo, la pasión del primer beso. "¡¡No!! No podemos, mi padre…" Un besó fulminó sus palabras. Se dejó llevar una vez más. "¡No!" Ella insistió.
III
No pasó mucho antes de que siguíeran disfrutando de ese amor prohibido. La idea de que los descubrieran los acercaba más, alimentaba su pasión. "Hay algo que te quiero preguntar" dijo Helen un día. "Dime", contestó él. "¿Me amas?" "¡Por supuesto que te amo!. Eres lo mejor que ha pasado en mi vida" Dijo él mientras se acercaba a besarla. Ella lo permitió y después de una pausa continuó, "¿Estarías dispuesto a morir por mí? ¿Es así como me amas?" Sorprendido contestó "Sí, moriría por ti si es necesario". "¿Lo juras?". "Sí, lo juro" y un beso selló el pacto que hicieron ese día.
Su amor continuó así por varios meses. Nadie sabía de él más que ellos mismos. Y como era de esperarse, su padre era el último que debía saberlo.
IV
"¿Dónde está Helen?" Preguntó el Sr. Stanley a la saya. "¡Pues no sé!" Contestó con un toque nervioso en su garganta. El Sr. Stanley salió fúrico de su casa en busca de Helen. Caminó hacia donde pensaba la podría encontrar. Y así fue. No podía creer lo que veía. ¡Su hija, su propia sangre! En brazos de un salvaje. ¡Qué oprobio! Pensó. Sentía como sus venas se inchaban con sangre colérica. Como sus ojos salían de sus órbitas. Sin pensarlo más, caminó lo más rápido que pudo hacia ella. El brazo hercúleo de su padre la arrancó de los de su amante. Sin saber qué pasaba ella sintió la fuerza de la separación. Una separación no sólo física sino real, permamente. Lágrimas, gritos, insultos y forcejeos son todo lo que podía percibir...
Continuará...

7 comentarios:

Licery dijo...

Óoorales teacher :))
No vayas a tardar tanto con la continuación, está interesante la historia.

Saludines ;)

Anónimo dijo...

OOOOOHHH! I'm spechless

You had told me before that you were going to write this story which is very interesting and makes my imagination fly, but I think you're missing something.....THE PICTURES!!!!
I want to know this pleace, at least in that way, congratulations my capitalino friend jeje!!!! and please, answer my messages!

ahhh! please write the rest of this wonderfull story soon.

Anónimo dijo...

sorry! it's me again, I just want to know why is it name la prueba?

Mary Carmen dijo...

Kiubo Nerpus!!
Que chido que ya hayas publicado esta historia, y también espero que no tardes en darnos a conocer lo que sigue, que seguramente será sorpresivo. Te mando un abrazote!!

Licery dijo...

Amiguitooooooooooo
Ya escribe la continuación, pppplllleeeeaaaasssseeee.
Tiene razón tu amigo anónimo, faltan las fotos o dibujitos y hablando de fotos ya cambia tu foto, esa no me gusta, está fea, ese no eres tu.
:))

Charis dijo...

Hola Pintontli!!!!

La historia que estas narrando está genial, sin duda alguna se te da la literatura. Aparte me degaste con la incertidumbre de saber que es lo que pasará. mmmm ¿Tú la escribiste o te la fusilaste de alguna novela? ¡¡¡¡¡eehhh!!!!.

En mi opinión muy particular, creo que las ilustraciones no son necesarias, ya que es bueno usar la imaginación, ¿no? ¿Qué piensas?

Te mando unos saludotes, hasta pronto...

Oscar Barragán dijo...

Karina:
Antes que nada gracias por tu comentario. Sí, las ilustraciones no siempre son necesarias, creo que las imágenes mentales equivalen y las más veces, sobrepasan a cualquier otro tipo de imagen.
Por cierto, no me fusilé nada, yo lo escribí de mi mente, ¿o acaso lo dudas...? Tengo pruebas. Gracias que estés bien.