jueves, julio 06, 2006

Una bitácora familiar.(1ª parte)

De niño siempre escuchaba a mi abuelo hablar de un lugar llamado Cotija. Nunca pregunté sobre ese lugar, a lo más se relacionaba con el queso que siempre comía. Como niño, no prestaba atención.
Ahora, después de tantos años, me gustaría poder preguntar a mi abuelo sobre ese lugar del que siempre hablaba. Ahora... ya no es posible.
Mi abuelo nació en 1917, hijo de Don Manuel Barragán un "gachupin" que se robó a Natividad López quien se convirtió en su esposa. Ésto sucedió en un pueblito de Michoacán llamado "Cotija de la Paz".


Salvador mi abuelo y mis tías. Circa 50's.

El interés por saber de dónde venía mi familia llegó muy tarde,y aunque he logrado saber cosas sobre ella, no son del todo esclarecedoras pues por escuetas aún dejan muchas incógnitas al respecto. Creo que una forma efectiva de saber, o por lo menos, tener una vaga idea de como fueron las cosas, es visitar los lugares que se mencionen a lo largo de la investigación.

Así que un día con gran desenfado, preparé mis maletas (en sí sólo era una), abordé el auto y partí con un mapa, y la enorme ilusión de visitar la tierra que vio nacer a mi abuelo, "Cotija de la Paz".

Camino a Cotija de la Paz.

¡¡Cuántas historias había escuchado sobre ese lugar!! Las tías Lolita y María, hermanas de mi bisabuela, el rancho de Don Manuel, la guerra cristera que hizo huir a mi bisabuelo de Cotija y le costó toda su fortuna, la banca que mandó hacer con su nombre y el de su hermano grabados en su respaldo... Todas presentes en mi mente mientras manejaba por la carretera oscura que me llevaba a Morelia, mi primer destino.

Morelia es un lugar encantador, sus calles muy rectas y galanas de noche alumbradas con luz artificial, muy estilo del zócalo capitalino. Llena de reliquias arquitectónicas, un acueducto y hartas catedrales que se extienden a lo largo de ésta, de las cuales destaca la principal que es majestuosa.

Se empezó a construir en 1660 después de que la original se consumió en un incendio. Es de estilo barroco muy severo y tiene bajorrelieves en sus fachadas.

Después indagué un poco sobre cómo llegar a mi siguiente destino, Zacapu. A mi abuelo le gustaba ir a ese lugar.

Camino a Zacapu me encontré en una carretera de dos carriles, los lados adornados con árboles como murallas. La soledad del camino, el frío exterior (0.5º) le daban un impacto lúgubre. Seguramente espíritus espantados por los ruidos del auto pululaban por ahí. Zacapu es muy pequeño y no tiene prácticamente nada. Ahí pasé la noche, bueno, el resto de ella.

El Santuario guadalupano.

A la mañana me dirigí a una mini ciudad muy transitada,Zamora, que tiene varias catedrales y sus calles son muy rectas y coloniales, harta cantera rosada y adornos barrocos; plazas con sus respectivas iglesias y en una de ellas "El Santuario Guadalupano" que es una construcción incompleta de estilo neo-gótico (en México no existe el gótico puro) de inicios del siglo XIX y suspendida la obra en 1917.

Columnas con doseletes.

Su interior ensalsa la grandiosidad de sus techos enormemente altos, típico del gótico, con sus columnas adornadas con doseletes por aquí y allá con nervaciones que se unifican con una bóveda reticulada. Un verdadero paraíso arquitectónico para cualquier visitante.

Tronco en el camino.

Después de un suculento desayuno zamorano, el viaje continuó entre pueblecillos llenos de sorpresas a su paso. Sólo imaginaba cómo sería cotija, una especie de Zamora, o una imagen agrandada de los pueblecillos con sus casas de adobe, niños en bicicletas y huaraches, vacas rondando por las calles con perros centinelas a sus espaldas. Todas estas vistas creaban visiones en mi mente, donde veía a mi abuelo de niño correr como diablo con sus hermanos José y Antonio, al fondo, una casa de adobe donde estaba a la puerta mi bisabuela esperando una oportunidad para reprenderlos por haber hecho alguna fechoria...

La carretera se extendía como si ella hubiera hurdídolo a próposito, sólo veía un línea recta a lo largo del camino. Poco a poco se fue tornando curva, y al final de la curva se veía una explanada verde y un pequeño lago, la carretera curvilínea volvía ser recta y al final, se veía muy borrosamente un letrero con letras blancas que se leía "Cotija". ¡¡Había llegado a mi destino final!!

Me adentré entre las calles de Cotija, no era como lo había imaginado. Aún así continué, no iba a dejar que el desencanto y desabrimiento arruinaran mi arribo. Imaginé cómo hubiera sido en la época de mi bisabuelo, qué diferente sería ahora. Demasiado, eso estaba a punto de descubrir...

Camino al "pueblo".

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Nerpus! Sin duda Michoacán es uno de los estados con mayor diversidad de paisajes. Lo digo porque he tenido la oportunidad de vivir y sentir lo que esas calles y edificios transmiten. Me parece increíble que hayas respondido al llamado de la sangre y con ello, visitado estos preciosos lugares que describes. Espero que lo que encontraste haya sido igual de sorprendente, aunque me atrevería a decir - con todo respeto - que el viaje por sí sólo, valió la pena, o no?? Un abrazo, Mary.

Licery dijo...

Hola amiguito ;)

Creo que querer saber la historia de tu familia es un interés muy original y muy padre porque a pesar de que la mayoría de las personas decimos que "vivimos en falmilia", "apoyamos a nuestra familia", "tenemos familia", "queremos una familia"......etc, etc, etc, apuesto a que la mayoría de las personas no ponemos atención al significado de la palabra FAMILIA (lo cual implica conocer también el lugar de origen y su historia), y sólo nos conformamos (y hasta con cierto grado de desinterés) con lo que nos platican nuestros padres.

Por lo menos en mi caso, sólo sé que por parte de mi mamá tengo mucha familia y por parte de mi papá otro tanto más y que la mayoría vive en el estado de Hidalgo y ya, porque ni los conozco.

Pero qué buena onda que hayas decidido compartir tu historia con el público en general.

To be continued......

P. D. espero que no pase mucho tiempo en aparecer la siguiente parte, está muy interesante :))

The Fish out of Water dijo...

Qué ondas ese Nerpus (ya veo que no soy el único que te dice así, aunque me atribuyo el haberte bautizado de esa forma, je je).
El indagar cosas de tus antepasados trae consigo muchas cosas, desde entusiasmo por estar conociendo de dónde vienes, hasta un poco de miedo de lo que pudieras descubrir de tus antepasados que hasta ese momento no sabías. Pero definitivamente abre mucho el panorama de quién eres y por qué eres y vives en la forma que siempre lo has hecho.
Lo chido es que das detalle (e ilustraciones) de cómo es esa área, desconocida para algunos como yo, y con tu habilidad descriptiva uno puede echar a volar su imaginación sobre lo que viviste en ese momento.
Esperamos con ansias las siguientes partes (¿¿habrá solamente una segunda parte o más??), y me uno a Licery en la petición de que no la hagas tanto de emoción y escribas pronto.
Saludos
George

Anónimo dijo...

Oscarín!! Me gusto tu relato, lo describes de una manera muy clara, que haces que, quien lo lee lo imagine (bueno por lo menos a mi me paso). Me acuerdo que me comentaste que querías hacer ese viaje y me dijiste que habías ido, pero no supe en que había terminado ese anhelo. Me da gusto que hayas encontrado el lugar donde nació tu abuelo, y por lo tanto que hayas conocido más acerca de tus raíces, ya que son la base de toda familia y el principio de todo.
Espero saber en que culminó este maravilloso viaje...
Que estes bien!! Karina

Anónimo dijo...

ME PARECE MUY BUENA TU HISTORIA ME GUSTARIA SABER EN QUE TERMINA

Oscar Barragán dijo...

Muchas gracias por sus comentarios. Pronto sabrán en qué termina esta historia.
Por lo pronto es menester aclarar que hubo un error. A modo de Fe de erratas digo: En vez de decir Gabriela debe decir Natividad. Ya está corregido, pero los que ya lo leyeron no lo tienen que hacer de nuevo. Gracias. Hasta más ver.

Anónimo dijo...

Es importante que conozcas tus raíces pero creo que en esta historia se te olvido poner un final, que fue lo que descubriste de tu familia, describe paisajes, la carretera y algo de la gente pero muy poco de lo que adquiriste al conocer el lugar de tus antepasados.

Anónimo dijo...

Hace tiempo lei en un libro que para no perderte en este mundo caotico, necesitas raices que te sostengan. Y estoy completamente de acuerdo con Francisco perez arce (el autor de aquel libro). La vida sin pasado esta perdida en el tiempo; simplemente es como un punto aislado de la historia.
Nuestros antepasados son la soga que nos sostiene a traves del viaje...Ellos dan respuesta a numerosos acontecimientos que muchas veces aparecen como enigmas ante nosotros, y esclarecen la oscuridad que nos rodea.
Preguntas filosoficas nacen del pasado...y a veces se responden en el futuro...al final, lo mas importante es encontrar los cimientos de nuestra construccion, ya que si estos son debiles corremos el riesgo de caer.

(hasta que pude ver las fotos de ese viaje...El santuario guadalupano es impresionante!!)

Anónimo dijo...

Hello my friend, I hope you are fine, Woou ahora si me apantallaste esta muy
bien el sitio, debo suponer que las fotos y la historia fueron realizadas por
ti, sigue haciendolo oky , cuidate bye
Erika